26.5.10

Mucha baraka

Hace unos días organicé un dikr femenino en casa. Invitamos a todos los hermanos y el plan era que, mientras las mujeres estábamos reunidas en casa, los hombres se iban con los niños a pasear por la montaña.
A media mañana nuestro jardín se llenó de niños jugando mientras los papis hablábamos y tomábamos té al sol. Hermanas desde Andorra o Vitoria venían para el encuentro. Otras, desde pueblos más cercanos. Pero todas con la misma ilusión y las mismas ganas. Después comenzamos el dikr dentro de casa y fue una maravilla, una limpieza profunda.

Al acabar rezamos y comimos. Pan, ensalada, sopa y cuscús con pollo. El menú era riquísimo pero las delicias estaban por llegar... ¡cinco postres para elegir! Tarta de manzana, pastel de zanahoria, bizcocho, pastel de naranja y bizcocho con mermelada. ¡Que delicia! ¡Se nos hacía la boca agua!
Comimos un trocito de cada uno y bebimos un poco más de té. Ahora tocaba recoger la mesa porque el Sultán había comenzado a hablar (Mawlana Sheikh Nazim).

Después del sohbet algunos se fueron y otros se quedaron un rato más. Los hombres y los niños se fueron a la montaña de nuevo; las mujeres nos quedamos hablando tranquilamente. Después, a media tarde, se marcharon dejando muchos ratos cálidos de sol dentro y fuera de casa.

Disfrutamos mucho de esta visita, de nuestros hermanos y la baraka que dejaron.


Al día siguiente saqué el jarrón con el ramo de flores que unas hermanas habían traído junto con un platito que contenía un poco de cada uno de los postres que hicieron, a la mesa del jardín. Al verlos tan bonitos no pude más que fotografiarlos y compartir esta enorme baraka que quedó en casa después de esta bendita visita.

19.5.10

Un libro y una rosa

Aquí en Cataluña es muy celebrado el día de Sant Jordi. Cuenta la leyenda que un caballero liberó a una princesa de las garras de un temido dragón y que la sangre derramada por el monstruo se convirtió en un rosal lleno de rosas.

La tradición es que el hombre le regala a la mujer una rosa y ella a él un libro.


Llevo casi tres años en Barcelona y nunca vi la celebración de Sant Jordi como el mes pasado (23 de Abril). Música por las calles, puestos llenos de flores y muuuuchas rosas, puestos de libros de todo tipo, globos, niños, hombres con rosas, mujeres con libros y rosas, .... Yo fui testigo desde el autobús mientras volvía de comprarle un libro a mi marido. No, no por Sant Jordi. Fue pura causalidad, ni me acordaba. Llevaba meses queriendo comprarlo y ese día lo hice.


Al verle después de trabajar me dijo: "Quería comprarte una rosa pero no he podido. De camino a casa paramos y te la compro".

Tengo que añadir que nunca hemos celebrado esto ni nos hemos regalado nada, pero este día le dio por pensar en comprarme una rosa.

"No importa, ya lo sabes" le dije. Él sonrió.


De camino a casa solo vimos un puesto con rosas y cuando quiso parar le dije " Déjalo cariño, tenías la intención y eso es lo que me importa. No necesito la rosa". Y, aunque no muy convencido, siguió.


Esa noche en casa me dijo:

- querías la rosa, ¿verdad?

- quererla claro pero no pasa nada, está bien.


Al día siguiente vinieron unos amigos a pasar el día al pueblo y, paseando, encontramos algo de música en una placita y... ¡¡un puesto de rosas!!.

Me miró y sonrió. Yo también sonreí.

Al minuto estaba aquí con una rosa,con mi rosa.


Y no pude evitar hacer esta foto ya que, sin proponerlo ni saberlo, tuvimos nuestros regalos de el día de Sant Jordi.