17.4.08

Un domingo de primavera

"Muy bien queridas amigas, leyendo el titulo creeréis que voy a hablar de flores y pajaritos. Pero no, esto va de buñuelos de bacalao y pescaito frito. Porque, como ya sabéis todas, estoy embarazada y tengo muuucho hambre..." (Comentario que ha hecho mi marido imitándome al saber el titulo).

Poniéndonos un poco serias, voy a hablar sobre un domingo fabuloso de finales de Marzo.
El buen tiempo ya va llegando y, aunque a veces sigue haciendo frio, ya son los menos. La ropa de primavera va saliendo y los grandes abrigos, poco a poco, volviendo a su lugar de siempre hasta el próximo invierno.
Hace algunos domingos, en cuanto me desperté y vi el día tan bonito y soleado que hacía, le propuse a mi querido maridito ir a pasear por el paseo marítimo. Así que nos fuimos a que nos diera un poco el aire. Hacia mucho sol y una brisita playera que resfrecaba el ambiente. La zona estaba llena de familias y gente paseando.. ¡era día para eso! Nos hicimos fotos, hablamos mucho, bromeamos, paseamos cerca del mar, hasta que empezamos a oler las tapitas de los restaurantes de allí. Solo habíamos ido a pasear y volveríamos a comer a casa (eso creíamos) porque caímos en las redes de Las Terracitas Playeras.

Dispuestos a seguir disfrutando y a tomarnos el día para relajarnos, nos sentamos al sol y pedimos unas tapitas de antojo (tanto de él como mios). ¡¡Y que ricas estaban!!
Más fotos, más paseo, más risas,... Fue un domingo desestresante y que recuerdo con mucha vitalidad.

La brisa, la arena, el mar, las bravas (jajajajaja) y, por supuesto, nosotros tres. ¿Algo más que desear?

3.4.08

Hoy huele a pan

Es curioso como algo tan normal y sencillo, puede marcar la vida de algunas personas. Lo cierto es que si comenzáramos a darle valor a esas pequeñas cosas cotidianas, empezaríamos a ser conscientes de la riqueza en la que vivimos cada día.
A veces hace falta que alguien llegue a tu vida para hacerte descubrir cosas que, de otra manera, no conocerías.

Algunas disfrutan de la pintura; otras, de la cocina; otras, del canto. Yo disfruto escribiendo y mi marido haciendo pan.
A muchos no os sonará nuevo que os diga, por ejemplo, que el mundo de la cocina es inmenso e interesante, pero yo jamás me había asomado al pequeño universo del pan. Nunca creí que se pudriera disfrutar tanto comiendo un buen pan o aprendiendo a hacerlo. O ni siquiera pensaba que la miga de una chapata y la corteza de una hogaza, guardaran secretos distintos. El pan siempre había sido para mí pan y punto. Pero lo cierto es que no es así, y cada vez más gente lo está descubriendo.
El arte de hacer pan en casa (porque para mí se está convirtiendo en un arte rústico y antiguo) aporta mucho más que un buen pan en la mesa. Cada paso es parte de un sutil proceso interior. Si sientes el alma del pan, puedes llegar a sentir que forma parte de tu vida de una manera o de otra. La fuerza y la insistencia con la que amasas al principio, el cariño con el que separas la gran masa y formas cada pieza , la paciencia de verlos crecer poco a poco, el cuidado de la temperatura y humedad adecuada al preparar el horno y, finalmente, la impaciencia al hornearlos mientras por fuera se hacen fuertes y suaves por dentro.
Hacer pan es mucho más de lo que cualquiera entiende por hacer pan. Es algo que quema y da calor, que alegra y sorprende, que nutre el espíritu. No todos han tenido ni tienen la oportunidad de sentir esta magia. Lo cierto es que ni yo misma estoy metida en ella, es algo que voy sintiendo poco a poco y sin darme cuenta. Como estas últimas semanas cuando mi marido se fue de viaje. En casa siempre hay pan pero estas semanas se acabó y yo lo noté tanto...
Por esto, animo a aquellos que tengáis una pequeña inquietud o ilusión por este tema, porque una vez que empiezas es difícil que lo dejes.

Hoy, como cada jueves, mi marido hace pan y yo, como cada semana, disfruto del olor que hay en casa: hoy huele a pan.

Estas semanas

Semana 17

El bebé
Esta semana, el feto comienza a engordar un poco. Es una fase de rápido crecimiento: el feto puede alcanzar los 17 cm de longitud y pesar casi 140 gramos. Lleva algunas semanas practicando dos reflejos básicos: chupar y tragar. Cuando nazca el bebé, tendrá casi todos los reflejos del ser humano, los que le ayudarán a sobrevivir y aprender del mundo. Además ya tiene sus propias uñitas y realiza movimientos respiratorios completos.

El embarazo
Es hora de comprar algunas prendas que le vayan mejor. Sea cual sea su talla o su estilo, seguro que encontrará algo que le guste. Puede que llevar ropa de premamá sea su primer anuncio público de que está embarazada, así que disfrute de la atención que es seguro va a recibir.
Puedes observar que tus senos han cambiado de manera considerable desde el comienzo del embarazo. Más sangre fluye hacia ellos lo que aumenta su tamaño. Tu cintura comienza a desaparecer y puede que sientas la nariz un poco congestionada. Puedes sentir pequeños dolores abdominales, sobre todo en la zonas laterales al pubis. Son debidos a los ligamentos uterinos que se estiran para acompañar el crecimiento uterino y a la prolongación de los músculos abdominales.

Involucre a su pareja lo más posible a participar en el embarazo. Reconozca sus inquietudes y mantenga la comunicación abierta.





Semana 18

El bebé
Un ser único. Esta semana, el feto desarrolla una de las características que le darán una identidad propia e inconfundible: las huellas dactilares. Pesa unos 200 gramos y mide de 16 a 18 centímetros de arriba abajo. Ya le funcionan las cuerdas vocales y podría llorar. Sus ojos y orejas ya han alcanzado su ubicación definitiva. Y comience a practicar las canciones de cuna porque en las próximas semanas su bebé será capaz de escuchar, es posible que el bebé hasta se asuste de los sonidos fuertes. Sus huesos se están solidificando.

El embarazo
Puede que observe que todo el mundo se crea con derecho a darle consejos sobre el embarazo: cuánto ejercicio ha de hacer, qué debe comer, si debe trabajar o no... Bastará un sencillo: Gracias, lo tendré en cuenta.
No se sorprenda si a veces se siente mareada: su corazón trabaja un 40% ó 50% más que antes de quedarse embarazada. El descenso del nivel de azúcar en sangre también puede causar indisposición. Comer una pieza de fruta es una buena manera de mantenerse en pie y evitar el hambre.
Pequeños movimientos. ¿Son gases o pataditas? Muchas mujeres sienten los movimientos del feto por primera vez entre las semanas 16 y 20. Es probable que a lo largo de esta semana te empiece a costar adoptar una posición para dormir. Te recomendamos que pruebes usar almohadas debajo de las rodillas o entre las piernas cuando te acuestes de costado.