Una nueva etapa

Hace casi 4 meses que a nuestra vida llegó una nueva bendición, una nueva alegría que crece dentro de mi y en unos poco meses, si Dios quiere, se hará realidad también para el papi y el hermanito mayor.



Ramadán vino con la mejor de las noticias para nosotros. "Pues... creo que.. tengo que darte la enhorabuena". Eso me dijo el enfermero la mañana del segundo jumaa' (viernes) de Ramadán y volví a casa entre la incredulidad, la alegría, la emoción, la preocupación y unas pequeñas lágrimas. ¡No lo podía creer! ¡El milagro se repetía dentro de mi!

Y, a pesar de momentos bastante difíciles para mi en el 1º trimestre, aquí estamos mi bebito y yo. Él ya hace semanas que me dio la gran oportunidad y tranquilidad de poder sentirle. Ahora me saluda muchas veces al día y yo me siento tremendamente feliz.



¿Y qué decir del hermanito mayor? Por supuesto, él sabe todo lo que está pasando. Se lo explicamos aunque, ni que decir tiene que los niños lo notan todo.

A veces está contento acariciando mi barriga o saludando al bebé, pero la mayoría de veces nos deja claro que el único bebé de papá y mamá que hay aquí es él.

Con paciencia y la mayor comprensión que podemos ya hemos empezado a acompañarle en este proceso que empezó para él también hace unos meses y tendrá el punto culminante cuando se encuentren (o reencuentren) cara a cara.



Por ahora, la noticia para aquellas que no lo supierais.

En breve (y cuando la inspiración me visite) os empezaré a contar sobre ese rincón tan especial y esa parte tan íntima mía: mi segunda barriguita.