1.1.09

Nacimiento de una madre

Cuando un bebé se abre paso a través de tu cuerpo para nacer también va abriendo esa parte de ti tan necesaria para que nazcas como madre. Él llega al mundo tan indefenso y pequeño y lo desconoce todo así que va descubriendo y aprendiendo poco a poco como es él y el nuevo mundo que le rodea.
Algo muy parecido me pasa a mí.
Él descubre su cuerpo y los límites de este; yo descubro mi paciencia y sus limites (más allá de lo que imaginaba). Él siente dolor y llora; yo siento frustración y lloro. Él comienza a darse cuenta de la fuerza de sus pequeñas manos; yo me sorprendo al descubrir la fortaleza del amor que siento. Él me mira esperando que le hable para sonreirme; yo le observo sonriendo mientras espero que me hable. Él intenta mantener el equilibrio pero aún es demasiado pronto; yo quiero conseguir el equilibrio en todo pero aún es demasiado pronto. Él intenta dar sus primeros pasos pero cae; yo aprendo mis primero pasos como madre y, a veces, me equivoco.

Una madre no lo sabe todo de la vida pero va enseñando a su hijo de su experiencia. Lo demás lo aprenden juntos. Él, años más tarde, acabará viendo que el amor de su madre no tiene medida, límite ni final. Yo, voy viendo día a día que mi amor por él no tiene medida ni límite. Nació y ya le quería pero cada día, con cada cosita que conozco más de él, con cada cosita que descubro más de mi, le quiero mucho más. No cae una noche sin que el descubra algo nuevo y me haga descubrir algo a mi. En realidad es un intercambio cada día que pasa. Y es que mi hijo me da tanto... Me da mil sonrisas sin esperar que le pida perdón por enfadarme. Me habla aunque no le mire. Me observa esperando mi mirada. Me da los mejores "buenos días" de mi vida. Y es que mi pequeño me hace intentar ser cada día una mejor persona. Y siento que, gracias a él, cada día soy un poquito mejor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que hermoso lo que expresas Allah Hu Akbar!!!

Anónimo dijo...

Que hermoso lo que expresas Allah Hu Akbar!!!

Sushiila