10.8.08

Ya es agosto

Ya es agosto. Pocas semanas y, a la vez, muchos días. Todo se va poniendo más claro y más borroso. Cada pequeña cosita cuenta. Deseo que todo suceda ya y deseo que queden semanas. Mucha ilusión con infinidad de pequeñas molestias que van punzándome poco a poco. Quejas y risas. Nervios y calma. Cuantas contradicciones, ¿verdad?

Así estoy. Rígida y flexible. Temerosa y valiente. Segura y dudosa.

Un gran momento de nuestras vidas esta a punto de suceder. Ya siento como una cuenta atrás en la que yo no tengo nada que decir. Todo sucede solo, a su tiempo, como quiere. Yo no opino ni decido. Solo tengo una opción: la de vivirlo de la mejor manera posible, de la más especial y única. Y así espero que sea. Dios lo quiera.

Todo en mi cuerpo va preparándose, lo noto desde hace días. Él también lo nota, a veces se incomoda o se pone nervioso y yo solo puedo acariciarlo desde aquí fuera y, de una manera serena, tranquilizarle diciendo y haciéndole sentir que mamá está aquí. Esperándole, viviendo con él cada minuto, cada cambio, cada gramo de más. Mamá está aquí y mamá estará cuando decida venir al mundo. Apoyándole, ayudándole en el trayecto. Sí, mamá está y estará aquí. Dios así lo quiera.

Esta gran aventura va viendo su fin y mostrando rendijas de lo que será la siguiente.
Sí, ya estamos en agosto.